Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1894-1895
Sesión: 23 de Noviembre de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 9, 126-129
Tema: Discurso sobre presentación en el Congreso del proyecto de la ley reformando la segunda columna del arancel

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Núñez de Arce): La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Nada diré en contestación a las observaciones que ha tenido a bien hacer el Sr. García Barzanallana sobre su conducta de esta misma.

Hemos hablado tantas veces de esto, se ha defendido S. S. tantas veces como lo ha hecho esta tarde [126] que me parece de todo punto inútil insistir en este punto. Quédese S. S. con sus opiniones, yo con las mías, y el país juzgará de la opinión de S. S. y de la del Gobierno, así como de la conducta de S. S. y de la seguida por nosotros.

Pero el Sr. García Barzanallana me hace una pregunta verdaderamente graciosa: ¿Qué va a hacer la Comisión con la reproducción de los tratados que ha hecho el Gobierno? En primer lugar, no puedo decir lo que va a hacer la Comisión. (El Sr. García Barzanallana: No he dicho lo que va a hacer, sino lo que debe hacer, atendido el pensamiento del Gobierno.) Pues lo que debe hacer es estudiar el dictamen y darle. Ése es su deber, pero ya no le gusta a S. S., y como sé que no le gusta ninguna indicación que yo hago, me callaba.

Está reproducido el proyecto; S. S. es el presidente de la Comisión; el deber de S. S. es estudiar el asunto y dar dictamen. (El Sr. García Barzanallana: ¿Pero no tiene S. S. un pensamiento distinto sobre los tratados?) No. Están aquí reproducidos, están vivos, está la Comisión subsistente: la Comisión debe dar dictamen. (El Sr. García Barzanallana: Pues no puede ocuparse la Comisión de un asunto que está sometido al Congreso de Sres. Diputados.)

¿Ve S. S.? Antes decía que no daba dictamen la Comisión porque necesitaba estudiarlo mucho; ahora ya no necesita estudio ninguno, sino que no da dictamen porque hay un proyecto de modificación arancelario en el otro Cuerpo. (El Sr. García Barzanallana: Porque dicen SS. SS. que van a seguir un procedimiento contrario al de los tratados, al que renuncian porque creen que es inútil seguir en él, pues no han de seguir concertando tratados.)

Bueno, pues S. S. sabe cuál es su deber en opinión del Gobierno. Ahora S. S. lo cumplirá o no, o lo cumplirá de la manera que hasta aquí lo ha cumplido, que en mi opinión, y siento si se molesta S. S. por ello, creo que no lo ha cumplido bien. ( El Sr. Marqués de Mochales: Pido la palabra.)

También a mí me molesta que S. S. diga que el Gobierno no lo hace bien; por eso no debe extrañar a S. S. el que diga yo que, en opinión del Gobierno, tampoco lo hace bien S. S.

De manera que ya lo sabe el Sr. García Barzanallana: S. S. sigue siendo presidente de la Comisión; los tratados están reproducidos; ya sabe S. S. cuál es su deber, y si no se discuten, la responsabilidad será de la Comisión que no da dictamen.

¿Por qué no se ha hecho lo mismo con el tratado de Bélgica? Se ha hecho lo mismo: lo que hay es que como este tratado a última hora, y como la Comisión no daba dictamen sobre el proyecto de autorizaciones para ratificar los tratados que tenía en su poder, el de Alemania, Austria e Italia, no podía hacerse lo que se hubiera hecho si el Gobierno hubiese tenido más confianza en la Comisión con el tratado de Bélgica, que era pasarlo a la Comisión de tratados? (El Sr. Bosch y Fustegueras: Se pasó a las Secciones para nombramiento de Comisión, y luego se retiró: no tenía nada que ver un asunto con otro. Está S. S. desorientado.) ¡Si no me dejan SS. SS. concluir el argumento! Lo natural era que este tratado, que era el cuarto, pasara a la Comisión de tratados, que ya tenía tres en su poder? (El Sr. Bosch y Fustegueras: porque ese tratado pasó a las Secciones para el nombramiento de Comisión.- El Sr. Presidente agita la campanilla.) ¡Si no me dejan SS. SS. concluir! Digo que lo natural era que hubiese pasado a la Comisión de tratados; ésta fue mi primera impresión, pero luego dije al Sr. Presidente del Senado: ¿para qué vamos a pasar ese proyecto a la Comisión de tratados, si ha de correr la misma suerte que los demás? (El señor Bosch y Fustegueras: ¡Si lo retiró S. S. por un motivo completamente distinto! ?El Sr. Duque de Tetuán: Esa hubiera sido una conducta contraria al Reglamento, que dice que todo proyecto debe pasar a una Comisión especial.)

El Sr. VICEPRESIDENTE (Núñez de Arce): Ruego a los Sres. Senadores que no interrumpan al orador. 

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo lo que digo es que con otro proyecto se hubiera hecho la pregunta de si pasaba a la Comisión que entendía en los demás tratados, y como el Senado podía declarar que pasase a esta Comisión, hubiera pasado; no sucedió esto, y entonces se dijo que pasara a las Secciones. Pero todavía, entendiendo yo que la Comisión había de dar dictamen sobre los tratados que tenía a su cargo, dije: detengamos el tratado de Bélgica, porque si, en efecto, la Comisión da dictamen sobre los tres tratados, parece natural que lo dé también sobre el de Bélgica; esperemos unos días a ver qué hace la Comisión. Ésta ha sido la razón de que el tratado de Bélgica no se llevase a las Secciones. Ahora viene esta legislatura, y como apenas se habrán reunido una vez las Secciones para constituirse, no ha habido tiempo de llevar el tratado de Bélgica a las Secciones; pero aunque lo hubiera habido, todavía quiero saber lo que va a hacer la Comisión con los tratados que tiene en estudio; porque, si va a dar dictamen, yo pediría al Senado que el tratado de Bélgica pasara a esa Comisión.

De manera que están vivos los cuatro tratados. (El Sr. Bosch: ¿Cómo cuatro? Son tres.) Ahora son tres; están vivos los tres tratados, y su examen, su estudio, su aprobación o desaprobación dependen en realidad de la Comisión: que me diga ésta que va a dar dictamen, y pida al Senado que el tratado de Bélgica pase a esa misma Comisión que entiende en los demás tratados, porque eso facilitará mucho la terminación, economizará mucho tiempo, puesto que ha hecho largo estudio de los tratados pactados con Austria e Italia, y tiene mucho adelantado para el de Bélgica, mientras que otra Comisión tendría que empezar los estudios necesarios para resolver cuestiones tan importantes.

Si la Comisión, pues, me dice que está dispuesta a dar dictamen sobre los tratados que están vivos, que han sido reproducidos, pediré que también estudie y dé dictamen sobre el de Bélgica, y cuando se digne presentar el dictamen lo discutiremos. (El Sr. Duque de Tetuán: Está S. S. en un completo error respecto a lo que dice de Bélgica; las cosas han pasado de una manera diametralmente opuesta a como S. S. afirma, y como tuve la honra de intervenir en ellas, pido la palabra.) Pero si yo no he dicho nada que no haya pasado; lo que digo es que el primer pensamiento del Gobierno fue que el tratado de Bélgica pasara a la Comisión de tratados; pero aquí mismo le dije yo al ministro de Estado: no vamos a conseguir nada con esto mientras la Comisión no varíe de conducta, pues va a resultar que, llevando [127] a la Comisión este tratado, sufrirá la misma suerte que los demás; no se dará dictamen sobre él.

Vale más llevarlo a las Secciones para que se nombre otra Comisión. Así se hizo y no sé por qué dificultad no se nombró la Comisión, y cuando volvió a llevarse a las Secciones, que se reunían para otro proyecto, entonces me pareció, por algunas palabras del presidente y secretario de la Comisión de tratados, que se disponían a dar dictamen sobre los otros tratados y dije yo: si da la Comisión dictamen sobre los otros tratados, no tendrá inconveniente en darlo sobre este de Bélgica; pero no sucedió así. Las Cortes se cerraron sin que la Comisión diera dictamen, y el tratado de Bélgica quedó así, sin ir a las Secciones ni pasar a la Comisión de tratados.

Esto pasó, ni más ni menos. (El Sr. García Barzanallana: Y en esta legislatura, ¿por qué no ha pasado a las Secciones?) Por la misma razón. ¿No piensa la Comisión dar dictamen sobre los demás tratados? Pues el de Bélgica pasará a las Secciones para el nombramiento de Comisión. ¿Piensa dar dictamen? Pues pasará a la Comisión para que dé dictamen sobre él, así como sobre los demás. (El Sr. García Barzanallana: ¿Pero van a discutirse los tratados y el proyecto del Congreso?¿Las dos cosas?) No tiene nada que ver una cosa con otra. El proyecto llevado al Congreso es una modificación del régimen arancelario actual, y eso se hace por la resistencia de la Comisión a dar dictamen. ¿Es que la Comisión varía? Entonces veremos lo que hemos de hacer.

El proyecto presentado al Congreso es una modificación arancelaria, y declaro que no podía venir al Senado antes que al Congreso. (El Sr. Duque de Tetuán: Declara S. S. lo contrario de lo declarado por el Sr. Puigcerver siendo Ministro de Hacienda de un Gabinete presidido por S. S.)

 No; lo que declaró el Sr. Puigcerver en el Ministerio anterior, fue que los tratados podían venir indistintamente al Senado o al Congreso; pero lo que hemos presentado en el Congreso no es un tratado, repito, sino una modificación del régimen arancelario del país. (El Sr. Duque de Tetuán: A la cuestión arancelaria se refería el Sr. Puigcerver. Lo que pasa es que tiene el Gobierno un pensamiento distinto, no digo cada legislatura, sino cada instante.)

En la costumbre hay establecida la práctica de que los tratados pueden presentarse en una u otra Cámara indistintamente. ¿Y por qué? Porque realmente en los tratados no se bajan ni suben las tarifas; no se va a modificar nada de lo que significa ingresos para el país. (El Sr. Bosch: ¿Pues de qué se trata más que de eso?) De autorizar al Gobierno para ratificar o no un tratado, pero ni el Congreso ni el Senado tienen facultades para variar las tarifas en ese sentido. (El Sr. Duque de Tetuán: ¿Qué ha hecho la Comisión en Italia con nuestro mismo tratado, más que proponer modificaciones al Parlamento?) Se pueden proponer todas las modificaciones que se quieran, pero luego hay que entablar nuevas relaciones diplomáticas para aprobarlas.

El Sr. Cánovas del Castillo protestó contra eso enérgicamente. (Varios Sres. Senadores de la minoría conservadora: ¿Dónde?) No tengo aquí el texto. (El señor Ministro de Gracia y Justicia: En Diciembre del 87). ¿Qué hubierais dicho si hubiéramos presentado nada menos que un proyecto de modificación del régimen arancelario en el Senado antes que en el Congreso, a pesar de que no tienen nada que ver un proyecto con otro, porque se pueden aprobar los tratados aquí, y luego aquella ley allí? No puede, pues, haber conflicto entre ambos Cuerpos, porque no son resoluciones contrarias una a otra, y no reza con este caso el art. 7º de la ley de relaciones entre éstos. De modo que no tiene nada que ver una cosa con otra. (El Sr. Vizconde de Campo-Grande: Una está a reserva de la otra.) No hay reserva de ninguna especie.

A pesar de que la Comisión me ha dado motivos para ello, no he querido dejar de guardarla las consideraciones debidas a las Comisiones y a los Cuerpos Colegisladores; pero si no, hubiera podido, ya que no retirar los tratados sin el consentimiento de las otras Naciones, como han reconocido perfectamente y no pueden menos de reconocer las personas versadas en estos asuntos, sacarlos de aquí y presentarlos en el Congreso.

Repito que no lo he hecho porque me hubiera parecido un desaire para esta Cámara, y no quiero hacérselos a un Cuerpo tan respetable como éste, aunque la Comisión me haya dado tantos motivos de disgusto. (El Sr. Duque de Tetuán: El que se hubiera hecho poco favor en ese caso habría sido el Gobierno.- El Sr. Marqués de Mochales: Y hubiera sido una falta de formalidad.) Pero entonces estarían allí a la vez los tratados y el proyecto de ley modificando el régimen arancelario actual, que está presentado allí. (El Sr. Duque de Tetuán: Era la última declaración de impotencia que podía hacer S. S.) Eso, en último lugar, a S. S. no le importa. Porque figúrese S. S. que me declaro impotente ante la Comisión? (El Sr. Bosch: Todas las dificultades nacen de que el Gobierno no se quiere ir, y por eso no se puede sacar adelante ninguna ley.-El Sr. Vázquez Queipo: Y hace muy bien en no irse.) El Gobierno se irá cuando se deba ir, cuando le falten las mayorías de los Cuerpos Colegisladores.- El Sr. Duque de Tetuán: En esta Cámara no la tiene S. S., y hasta ahora no la ha tenido.-El Sr. Presidente agita la campanilla.) Pero el Gobierno no está dispuesto a marcharse porque el Sr. Barzanallana y sus amigos se empeñen en no dar dictamen. (El Sr. Duque de Tetuán: Porque ha sido derrotado S. S. por la mayoría.)

  El Sr. VICEPRESIDENTE (Núñez de Arce): Ruego al Sr. Duque de Tetuán que no interrumpa, porque así no hay medio de discutir.

El Sr. Duque de TETUÁN: Es que el Sr. Sagasta se dirige personalmente a nosotros. (Rumores.- El Sr. Presidente agita la campanilla.)

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Si SS. SS., para que el Gobierno se vaya, insisten en no dar dictamen, insistan todo lo que quieran, que el Gobierno por eso no se va. (Muy bien, muy bien,) Ahora bien; si la mayoría del Senado diera la razón a la Comisión para no dar dictamen, o si ésta lo da desfavorable al pensamiento del Gobierno y la mayoría aprueba ese dictamen, ¡ah! Entonces el Gobierno cumplirá con su deber; pero entretanto, ¡no faltaba más sino que los Gobiernos y las mayorías estuviesen sujetas a la opinión de tres o cuatro individuos que forman una Comisión! (El Sr. Duque de Tetuán: ¡Si ha sido derrotado el Gobierno!- El señor Vázquez Queipo: Si éramos cuatro liberales; sólo que uno se fue con los conservadores.-El Sr. Bosch y Fustegueras: Pues eso es ser derrotado.) Pues el Go-[128] bierno no lo considera así, ni lo considerará jamás de ese modo, ni ha habido Gobierno ninguno que, apenas tenga la menor contrariedad, considere que debe dejar el puesto.

No parece sino que no he dejado el poder cuando he creído que debía dejarlo, a pesar de tener mayoría. ¿Es que queréis que yo ponga la Regia prerrogativa, la mayoría y el Gobierno, a los pies de una Comisión que, después de todo, lo que hace es no dar dictamen, es no hacer lo que manda el Reglamento? ¿Adónde vamos a parar, ni qué teorías constitucionales son éstas? (El Sr. García Barzanallana: Al Reglamento no ha faltado, en el mero hecho de que el Presidente de la Cámara no le ha llamado muchas veces el Gobierno. (El Sr. García Barzanallana: El Gobierno no manda en los Senadores.) Ya lo sé que no, porque, si mandara en los Senadores, entonces no sería S. S. presidente de esa Comisión. (Risas.) ¿No hay mayoría? Pues vamos a hacer la prueba. Nos estáis amenazando siempre con que no tenemos mayoría, y no habéis querido probarlo, porque, con haber presentado el dictamen, si no teníamos mayoría hubiéramos quedado en minoría, y así hubierais conseguido vuestro objeto.

Lo que habéis hecho no tiene nombre, incomódese lo que quiera el Sr. García Barzanallana, y después de todo, si vosotros mismos reconocéis que el acto no tiene fácil explicación, ni, sobre todo, correcta explicación, una vez que, siempre que se trata de eso, os disculpáis con que uno de la mayoría os ha ayudado, ¿qué hubiera hecho ese individuo de la mayoría si vosotros, tres personalidades importantes del partido conservador, hubierais querido dar dictamen? Queréis echar la responsabilidad sobre un individuo de la mayoría, que no diré que haya faltado a sus deberes de partido, pero que ha hecho lo que le ha parecido conveniente. No echéis la responsabilidad a nadie; aceptadla entera, y decid que no se ha dado dictamen porque el partido conservador, o sus representantes en la Comisión, no han querido que se dé.  



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